La búsqueda de fuentes de la juventud y la vida eterna es algo tan antiguo en la Tierra como el ser humano mismo. Quizá ya has conocido personas que parecen haberlas encontrado, pues a pesar de la avanzada edad que confiesan, la juventud parece haberse enamorado de sus rostros, sus almas y sus cuerpos. En la mayoría de los casos, es inevitable preguntarles cuál es su secreto porque, en el fondo, todos queremos un poco de eso. Poseer energía y belleza ilimitadas podría traernos muchas ventajas para nuestras vidas, pues contaríamos con más tiempo para hacer varios sueños realidad librándonos del afán y del estrés que provoca la idea de morir. Sin embargo, ¿es realmente posible alcanzar la juventud eterna y la inmortalidad?
De todos los personajes de la historia que han buscando la inmortalidad inventando extraños y macabros métodos ninguno la ha alcanzado. Existen casos como el de la condesa Isabel Bathory, de la nobleza rumana, quien se bañaba en la sangre de los campesinos que contrataba como sirvientes. Cuando ya no encontraba “voluntarios” los secuestraba. No obstante, murió en su castillo el 30 de diciembre de 1610, quemada por orden de su primo, el conde de Cyorgy Tharzo.
Las recetas de longevidad china incluían el uso de mercurio y de arsénico, lo que conllevó a que más de un Emperador chino muriera envenenado por intentar prolongar su vida. También en la mitología griega se hablaba de una sustancia de los dioses capaz de otorgar la inmortalidad a quien la consumiera: la ambrosía, pero hasta la fecha no conocemos a alguien que la haya encontrado. Paradójicamente, cabe anotar que en Grecia se consideraba que los dioses envidiaban a los humanos por ser mortales y por eso decidían entretenerse jugando con sus vidas.
Pero hay un tipo de inmortalidad que muchos han alcanzado. Es el tipo de inmortalidad de los grandes genios que han cambiado el mundo con sus acciones e ideas y se han quedado para siempre en la memoria de la humanidad. En términos de Milan Kundera, la inmortalidad del poeta y del hombre de estado (del creador y del hombre de acción) se funda en el recuerdo de los hombres de hazañas y obras que se introducen al gran Relato de la Historia Universal y al Canon de los Clásicos.
Finalmente, también existe un tipo de inmortalidad a la que todos podemos llegar: la inmortalidad entre nuestros seres queridos. En este caso, lo que se queda es nuestra imagen como seres solidarios, incondicionales, amables, etc., que contribuimos con nuestra personalidad y compañía a la vida de quienes siempre están a nuestro alrededor. Por eso, la próxima vez que escuches hablar sobre la inmortalidad o reflexiones sobre l
